jueves, 22 de marzo de 2012

Cultura Organizativa


La cultura de una organización es la estructura socialmente construida de creencias,
valores, normas y modos de ver el mundo y de actuar en él que identifica a sus miembros.
Como puede verse, hay en esta definición de cultura una enumeración provisional y muy
elemental de sus componentes, la cual será precisada más adelante. Pero creemos que lo
más importante de ella es que nos advierte de que se trata de una estructura socialmente
construida, que regula de alguna manera el pensamiento y la actividad humana en el seno
de un grupo. Cultura es un concepto que, como algunos otros que utilizamos para referirnos
a los centros escolares, procede del campo de las organizaciones industriales y
empresariales y fue dado a conocer por los trabajos seminales de autores de ese campo
(cfr., por ejemplo, Deal y Kennedy, 1982). Sin embargo, parece adaptarse con gran
facilidad a la naturaleza de nuestras instituciones, en las que la interacción humana prima
sobre la planificación y el control (cfr. López Yáñez, 1995). Precisamente, el énfasis
creciente que hemos puesto en los últimos años sobre este concepto en el mundo de la
educación, tiene que ver con las muchas formas en que la enseñanza puede ser
caracterizada como una actividad profundamente social.
Hoy pocos discutirán que la actividad del docente, su conocimiento, sus decisiones,
su estilo de enseñanza, su modo de relacionarse con los alumnos, con los padres de los
alumnos, con los demás profesores, etc, no pueden ser entendidos adecuadamente desde un
punto de vista estrictamente personal o, si se prefiere, psicológico. Por el contrario, el
mundo social que rodea al profesor se expresa a través de sus acciones, de su lenguaje, de
sus gestos. A este mundo social es a lo que nos referimos con la idea de cultura o, como en
otras ocasiones se plantea, al universo de significados de una comunidad. Desde este punto
de vista, la cultura expresa a través de símbolos lo que significan las cosas para los
miembros de esa comunidad.
Sentido en que usamos el término
Ya puede verse que el concepto de cultura que estamos aplicando al análisis
institucional del proceso de enseñanza-aprendizaje es uno al que podemos denominar
´social´ o ´antropológico´, puesto que identifica la forma particular de vivir, de trabajar y de
entender el mundo de un colectivo determinado. No lo usamos como un concepto ideal, es
decir, como un estado deseable de la evolución del conocimiento humano. Ni tampoco
como el ámbito de la actividad humana que tiene que ver con los trabajos intelectuales o
que ponen en juego la imaginación para crear productos artísticos, filosóficos o científicos.
Tal como usamos el concepto, cultura no es un estado que el centro educativo se esfuerza
por alcanzar, ni tampoco un sector de su actividad. Podemos hablar de cultura a partir del
momento en que la interacción humana genera consensos tácitos o pautas de pensamiento y
de acción que son adoptados por distintos miembros de la organización sin que medien
decisiones o normas formales. La cultura se manifiesta en todo momento y en todas las
áreas de actividad de la organización. No existe una comunidad humana sin esto a lo que
estamos llamando cultura.
Los efectos de la cultura sobre la organización
La cultura influye poderosamente en la vida organizativa. De diferentes maneras; las
que consideramos más importantes serán examinadas a continuación.
En primer lugar, la cultura actúa como un aparato reductor de la complejidad y la
incertidumbre. En tanto que sistema de significados compartidos, la cultura garantiza que
los sujetos sepan qué hacer en momentos de crisis o incertidumbre a pesar de que no haya
normas explícitas que orienten esa acción. Pero, claro, esto se hace restringiendo –en mayor
o menor medida según las organizaciones- el abanico de alternativas de los miembros. Es
más, la aceptación o el rechazo del grupo y el acceso a los beneficios, tanto prácticos como
emocionales, de la pertenencia a él, dependen del grado de cumplimiento de lo establecido
por la cultura. Por supuesto hay culturas que se muestran más flexibles que otras y
dispuestas a aceptar un margen mayor de maniobra de quienes están vinculados a ella, pero
todas restringen en alguna medida el margen de libertad o discrecionalidad de los sujetos,
en todos los sentidos: el pensamiento, las actitudes, las emociones, la acción, etc. En este
sentido, la cultura tiene un carácter normativo o prescriptivo de la conducta social, aunque
esto no significa que no haya otra forma de pensar o de actuar dentro de una organización
que no sea la establecida por su cultura

Los centros escolares son organización socialmente instituidas para desarrollar procesos de enseñanza-aprendizaje. La razón básica y esencial por lo cual existen estos centros en nuestra sociedad es la de ofrecer a los alumnos una continuidad de experiencias educativas de hábitos, experiencias de aprendizaje.
La estructura organizativa por su parte es el esqueleto, andamiaje de la organización en base al cuales las personas que trabajan en esa escuela, centro, instituto o quieran llamarseles, no estas aisladas, sino que establecen las relaciones. La estructura indica como esta dividido el trabajo en el centro, cuales son las funciones y tareas de las personas. Nos indica también cuales son los mecanismos formales para que los miembros se relacionen unos con otros. Indica como va ser la ordenacion de tiempos, recursos, etc..

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